Si el año pasado hablamos de que algo parecía estar pasándole a Barbie porque empezaba a comunicarse de otra manera, ahora podemos asegurar que 2016 es el año de la transformación de la muñeca.
Y es que, finalmente, parece que Barbie se ha dado cuenta que ya no vivía en este tiempo. Una época en las que las diferencias entre personas se valoran como aspectos positivos y determinantes y no como una lacra para el ser humano. Aun queda mucho camino por recorrer, tanto para Barbie como para la humanidad, pero de momento, vamos avanzando paso a paso.
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