Adoro los discursos. Mejor dicho, me apasionan los buenos discursos. Soy capaz de ver y emocionarme una y otra vez con un buen parlamento, sobre todo si el objetivo del mismo es llegar a la conciencia de sus destinatarios.

Muchas han sido las reacciones que han surgido este fin de semana en relación a la barbarie (porque no se le puede llamar de otra manera) sucedida en Paris el viernes por la noche. Mucha ha sido la solidaridad con el pueblo francés, pero también ha surgido una minoría que ha querido recordar al mundo que no hay desgracias de ni primera ni de segunda clase, sino que la miseria es igual para todos y debería ser combatida sin miramientos siempre, sea donde sea.

Uno de mis amigos en facebook compartió este vídeo a raíz de lo sucedido. Un fragmento de una película que adoro que tiene un discurso realmente conmovedor. Os lo dejo en inglés subtitulado, pero al final del post, podéis encontrarlo doblado al castellano.

El fragmento es el discurso final de "El Gran Dictador" de Charles Chaplin. La película se estrenó en 1940, a principio de la Segunda Guerra Mundial y fue una clara crítica a las dictaduras y a sus seguidores. Como ya os podéis imaginar después de ver el vídeo, los personajes son claramente identificables con personas reales del momento.

Fue la primera película sonora de Charles Chaplin y, curiosamente, la que cosechó más éxitos. Además, por esta película el actor tuvo que exiliarse de EEUU, ya que en aquel momento el país aún había decido mantener un posición neutral frente a la guerra. Aún así, las malas lenguas dicen que el mismo Adolf Hitler guardaba una copia de la cinta en su biblioteca personal y que el día que vio la película por primera vez, decidió repetir al instante.

Personalmente, aunque a mi me encanta toda la cinta, hay algunas frases de este discurso apasionantes y muy aplicables a día de hoy.

'We want to live by each other's happiness - not by each other's misery'.

'We think too much and feel too little'.

'In the 17th Chapter of St. Luke it is written: "the Kingdom of God is within man" - not one man or a group of men, but in all men! In you! You, the people have the power.'

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